Al experimentarse pequeño y separado del resto del universo, el ego malvive obsesionado por la GANANCIA… Busca ganar para crecer: lee, estudia, se capacita… para GANAR conocimiento… GANAR dinero… GANAR un estatus…
Dejé escrito en «Más Allá Del Marketing» que una mañana comencé a saber que estaba leyendo libros de marketing para trascender el marketing; para trascender la dualidad… ya que considero al marketing el más digno representante del mundo de la dualidad, la ilusión, la separación, el ego…
Es por tanto en el Marketing donde la obsesión del ego por la GANANCIA BRILLA con más fulgor.
Caminaba una mañana hacia casa agotado tras una larga y divertida noche, cuando un voluminoso y atractivo “Huevo Kinder” me mostró sus encantos tras el cristal de un escaparate. Tras recrear en mi mente la orgía de sabor y lujuria que tan orondo huevazo prometía, aboné la considerable cifra que cortésmente me fue solicitada a cambio.
No fue la orgía tan prolongada como yo habría querido, ya que buena parte del huevón había sido vaciada, a todas luces con la intención de incrementar las GANANCIAS.
Pude imaginarme la lluvia de ideas:
– Podríamos llenar los huevos de chocolate y de aire. Al ser cero el coste del aire, obtendríamos un incremento del 375% en las ganancias.
– Sólo resultaría con las primeras unidades. La gente se sentiría estafada, y crearía en Facebook el Grupo “Kinder me infla los Huevos”. ¡Sería la ruina!
– ¡Lo tengo! Podemos llenar ese hueco con algún obsequio simpático de escaso coste económico, pero notable valor percibido. No solo no se sentirán estafados, sino que debido a la irresistible atracción que siente la mente humana por los regalos sorpresa, incrementará las ventas en un 300%, y las ganancias en un 700%.
Y es así que en lugar del deseado chocolate me encontré con un monigote amarillo que se puede colocar en el lápiz, lo cual ya de por sí es muy divertido, pero también puedes colocártelos en varios dedos y pasártelo de lo lindo, ya que ¡HAY 5 DIFERENTES!
Estoy deseando comprar otro Huevo Kinder para traer un hermanito para Lorenzo (así lo he llamado por su color)
